Simon Marginson, profesor de la Universidad de Oxford y especialista en tendencias sobre estudiantes internacionales, informó a BBC Mundo que en los últimos dos años se ha observado un descenso en el número de estudiantes internacionales que se inscriben en universidades de los Estados Unidos. Desde principios del año 1960, las inscripciones de estudiantes internacionales se habían mantenido en aumento de unos 50.000 a más de 1.000.000 hacia el año 2015. Sin embargo, el número de inscripciones descendió un 7% el año pasado, lo cual representa un impacto de 42.000 millones de dólares anuales en la economía estadounidense.
Al parecer, esto ha sido resultado del ambiente político que se ha experimentado durante la administración del presidente Donald Trump. El profesor Marginson asegura que una combinación de factores como mensajes en contra de la inmigración y los obstáculos que el sistema ha puesto para otorgar visas de estudios, desalienta a posibles aspirantes a asistir a universidades estadounidenses. En cuanto al ambiente político, el Instituto Internacional de Educación recopiló información de potenciales alumnos sobre las razones por la cuales decidieron no estudiar en Estados Unidos, y observaron una mezcla de factores tanto políticos como pragmáticos y económicos. Entre los elementos declarados por los participantes se encuentran el alto costo de inscripción, el no sentirse bienvenidos en Estados Unidos y la preocupación por su seguridad física.
De acuerdo a las declaraciones del profesor, los países que representan la mayor caída de solicitudes de estudiantes internacionales se encuentran la India, Corea del Sur, México y Arabia Saudita. También han descendido estudiantes provenientes del Reino Unido, Alemania y Francia. China es el grupo que tiene el mayor número de alumnos extranjeros y el que continúa aumentando sus solicitudes, con lo cual las instituciones universitarias generan millones de dólares. Gracias a este grupo se ha evitado un mayor descenso. Sin embargo, el profesor Marginson asegura que una potencial disputa de índole diplomática o comercial entre Estados Unidos y China, puede hacer disminuir el flujo de estudiantes chinos lo que tendría un efecto catastrófico en las finanzas de las universidades estadounidenses.
Otro reto que enfrenta Estados Unidos es la competencia con otras universidades en países como Canadá y Australia que están atrayendo cada vez más estudiantes extranjeros.