La discordia y el caos de la presidencia de Donald Trump se refleja no solamente en la política, sino también en la vida de cada individuo en los Estados Unidos; y podría argumentarse que en varias partes del mundo también. En el 2015, cuando anunció su candidatura a la presidencia, Trump decidió que la inmigración sería uno de los temas candentes que tendría para ganar las elecciones presidenciales. En ese entonces el argumento era sobre los “bebes ancla” (anchor babies en inglés), refiriéndose específicamente a personas nacidas en los Estados Unidos de padres inmigrantes. El tema de “anchor babies” no se había discutido tanto después de que Trump ganó la presidencia, hasta ahora. ¿Por qué ahora?
Las elecciones de medio término presidencial vienen con un peso muy grande; pues gran parte de los miembros del Senado y de la Cámara, así como gobernadores estatales, podrían cambiarían, y esto amenaza la continuidad de la mayoría republicana y por lo tanto de las propuestas misóginas y racistas mantenidas por Trump. Por eso, Trump ha recurrido a intensificar el miedo a los migrantes. La gente vota basándose en los valores que tienen y si les inculcan el miedo a que los inmigrantes ‘invadan’ el país, entonces elegirán a senadores, representantes en la cámara de diputados y gobernadores estatales que estén a favor de leyes que no apoyen a los inmigrantes. En la propuesta en contra de la ley constitucional, Trump propone privar de ciudadanía estadounidense a los hijos de inmigrantes.
Desde ya que este cambio no puede hacerse por medio de una orden ejecutiva. La Enmienda 14 de la Constitución, que trata sobre el derecho a la ciudadanía estadounidense por nacimiento, dice claramente que “toda persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos y sujeto a la jurisdicción del mismo, son ciudadanos de los Estados Unidos y del estado en el que residan”. En un reporte de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés), se explica que para que este proceso tome lugar, ocuparía que dos tercios del Senado y de la Cámara de Representantes voten a favor y que tres cuartos de los estados ratifiquen el proceso.
Regar miedo al hablar mal de inmigrantes, de los refugiados en la caravana centroamericana y de los “bebes ancla”, tiene muchísima importancia para la presidencia de Trump. Toda persona que teme a los inmigrantes y a la idea que están invadiendo al país votará a favor de los conservadores. Por eso, es importante que las personas que sí pueden votar salgan a las urnas, no solo para estas elecciones sino para toda elección en el futuro.
HISTORIA DE LA ENMIENDA 14
La idea de la Enmienda 14 surgió años antes de la Guerra Civil Americana donde en 1857, la Corte Suprema la promulgó gracias al caso de Dred Scott vs. Sandford. En este caso, Scott hizo una denuncia para obtener la ciudadanía ya que era un esclavo (negro) libre. Pero, la Corte Suprema argumentó que un esclavo o algún descendiente de esclavo libre no podría ser un ciudadano americano. No fue hasta después de la Guerra Civil, en 1868, que se promulgó la Enmienda 14 de la Constitución. Fue así como se estableció que “toda persona nacida en los Estados Unidos será un ciudadano estadounidense”. Años después, en 1898, de nuevo se cuestionó la validez de esta enmienda. Sin embargo, gracias a la denuncia que hizo un hijo de inmigrantes chinos, Wong Kim Ark, nacido en San Francisco, California, se estableció la garantía a la ciudadanía a personas nacidas en los Estados Unidos, sin importar el estatus migratorio de sus padres. Esta denuncia surgió porque Kim Ark había viajado a China y al intentar entrar de nuevo a los Estados Unidos, fue detenido por las autoridades. En esta parte de la historia estadounidense existía la Ley de Exclusión China, donde ningún inmigrante chino podía convertirse en ciudadano estadounidense.