La pintura de la Mona Lisa, también conocida como la Gioconda, es una obra maestra de
Leonardo Da Vinci de la época del Renacimiento (siglo XVI). Dicha pintura parece tener
magia porque da la impresión de mirar al espectador desde cualquier ángulo que se le vea
en un campo visual de 180 grados. Este fenómeno se conoce como el “efecto Mona Lisa”. Sin
embargo, algunos estudiosos creen que este término es inexacto porque según se muestra,
no es producido por la pintura sino que es meramente una percepción que depende del
Espectador.
De acuerdo con Horstman y Loth, dos investigadores del Grupo de Excelencia de
Interacción Tecnológica Cognitiva (CITEC, por sus siglas en inglés), de la Universidad de
Bielefeld, en Alemania, este efecto no es producido por la pintura de Leonardo da Vinci.
Más bien, los resultados de su investigación, que publicaron en la revista i-Perception,
muestran que “El efecto Mona Lisa” es una mera leyenda.
Algunos estudios señalan que “las personas pueden sentir que las están mirando desde
fotografías y pinturas, si el personaje retratado mira hacia adelante de la imagen, esto es, en
un ángulo de cero grados”. Sin embargo, los participantes del estudio de CITEC indicaron
que la imagen de La Gioconda solo veía hacia la derecha a los 15.4 grados en promedio.
Este estudio también nos muestra cómo nuestro cerebro procesa las ilusiones ópticas. No
obstante, hay otros elementos que influyen en la percepción de los objetos, como la
iluminación, el tiempo de observación y la distancia del observador.
Las investigaciones a la vez han servido tanto para la comprensión como para la asistencia
de sistemas de juegos computarizados, teniendo como relieve la dirección de la mirada
para el diseño de avatares o personajes virtuales. De esta manera, los personajes pueden
dirigir la atención y apuntar a objetos que son relevantes y asimilarse a la forma en que lo
hacen los seres humanos.