La semana pasada la lotería Mega Millions al fin registró un boleto ganador (05, 28, 62, 65 ,70 mega 05) de los 1.6 mil millones de dólares, cifra récord en cualquier lotería estadounidense. Todos estamos a la espera de conocer a la persona que en un abrir y cerrar de ojos se ha convertido en multimillonario. No obstante, pudiera ser que nos quedemos con la incertidumbre ya que la ley de Carolina del sur protege el anonimato de las personas ganadoras del sorteo si así lo desean.
Ganarse la lotería es algo que la mayoría de las personas anhelan ya que en teoría debería acabar con todas las preocupaciones económicas y brindar cierta seguridad a futuro. Sin embargo, al analizar algunos ganadores nos daremos cuenta de que esto no siempre es así.
Tal es el caso de Jack Whittaker, quien en el 2002 ganó $314 millones de dólares en la lotería Powerball. Siendo dueño de una compañía de construcción en Virginia del Oeste afirmó que este premio no lo cambiaría en nada ya que su compañía le habría brindado una seguridad económica. Prometió, contratar algunos trabajadores que había despedido y donar el 10% de su premio.
A pesar de esto, en 2007 cuatro años después de haberse ganado la lotería, su vida dio un nuevo giro ya que era un hombre acabado; su nieta estaba perdida en la drogadicción, su hija murió, se divorció, fue acusado de acoso sexual por una mujer y finalmente unos asaltantes terminaron robándole el resto del premio.
Otro caso similar es el de Pedro Quezada, quien en el 2013 ganó $338 millones de dólares en la lotería Powerball en New Jersey. Al reclamar su premio prometió ayudar a las personas más necesitadas y repartirlo entre su gente. Sin embargo, pronto descubrió que con el premio venían las complicaciones. Fue demandado por no haber pagado la manutención de 3 de sus hijos, su nombre fue utilizado para cometer estafas y finalmente la hija de su exnovia lo denunció por abuso sexual llevándolo a la cárcel. En 2017, fue liberado bajo arresto domiciliario a la espera de la resolución que podía llevarlo a prisión hasta por 20 años.
Según el Fondo Nacional para la Educación Financiera más del 70% de las personas que reciben dinero inesperado terminan perdiéndolo en un par de años.
A la espera de conocer o no conocer al afortunado ganador del exuberante premio solo sería prudente mencionar que el dinero es un arma de doble filo que te puede conducir hacia el paraíso, pero también hacia el infierno.