Del 15 de septiembre al 15 de octubre, se celebra el Mes de la Herencia Hispana en los Estados Unidos. Esta tradición formalmente empezó a fines de los años sesenta, durante la presidencia de Lyndon B. Johnson. En sí, empezó como una semana de apreciación a la hispanidad, y cultura latinoamericana de la gente con orígenes en América Latina. Años después, se incorporó todo un mes para celebrar las tradiciones y costumbres de los Latinos viviendo en los Estados Unidos.
Aunque la intención de apartar un tiempo en el calendario estadounidense es para celebrar la “hispanidad” en el país, creo que no le hace justicia a la gente ni a sus costumbres o celebraciones. Para empezar, este mes en sí no es un mes, sino son treinta días en el cual se nos ha dado para celebrar nuestras tradiciones y herencias culturales. A diferencia del mes de los afroamericanos, que es febrero, aquí empezamos a medio mes de septiembre y terminamos a medio mes de octubre. Es como si dijeran los gobernantes, “para que no digan nada los ‘Latinos’, aquí tiene un tiempo en el calendario para celebrar”.
Otra situación problemática con este mes es que se ha otorgado durante las celebraciones de independencia de ciertos países latinoamericanos: El Salvador, Costa Rica, Guatemala y Honduras que celebran su independencia el 15 de septiembre, México el 16 de septiembre, y Chile el 18 de septiembre. No todos los países de América Latina celebran algo, como su independencia, durante este tiempo, sin embargo los Estados Unidos suele agrupar a todos los Latinos como un solo grupo étnico; más bien como una sola raza, como lo hace con todos los demás grupos étnicos. Las palabras hispano y latino son problemáticas ya que no definen con exactitud las regiones que constituyen a América Latina.
Algo positivo que sí se puede observar durante este tiempo, es que sí apreciamos las diversas culturas latinoamericanas que existen en los Estados Unidos, por medio actividades como las que ofrecen los grupos folclóricos, los conciertos, las ferias y los festivales.
Al fin, creo que la intención del país es buena, pero debemos pensar críticamente sobre el por qué y cómo se establecieron estos días para celebrar a los “hispanos” en los Estados Unidos.