Sentado en la esquina de Olympic Blvd. y Soto St. se encuentra uno de los edificios más reconocibles de Los Ángeles, conocido por su arquitectura de los años 1920, letreros de neón antiguos y su eslogan que lee, “Haciendo que los momentos importen.” La torre Sears ahora está muy lejos de sus mejores años, pero la estructura de 94 años aún alegra a muchos residentes en el vecindario del este de Los Ángeles.
La tienda se ha mantenido viva debido a las tres generaciones de compradores que han crecido a lo largo de los años. Las puertas del edificio se cerrarán el 14 de abril, según Maria Hernandez, una empleada de Sears. Muchos se están despidiendo mientras se aprovechan de los descuentos y liquidación. Aun así muchos clientes que entran y salen de la tienda se llenan de sentimientos de tristeza: las compras del fin de semana no serán las mismas.
Para muchos hogares latinos en la comunidad, un paseo a Sears era una escapada de fin de semana que usualmente terminaba con un raspado o un chamango del Tropical Snack Shop, localizada en el estacionamiento de los grandes almacenes por las últimas dos décadas, según Pedro Larios, el dueño de la tienda.
La construcción desconocida ha comenzado en el lado sur del edificio, y el futuro de la estructura depende del equilibro de Shomof Group. El grupo de desarrolladores ha dedicado un sitio web completo a los ambicioso planes de renovación de la propiedad, ya que Sears decidió no renovar su contrato de alquilar. Lo único que es seguro en este momento es que los viajes familiares a Sears pronto llegarán a su fin.